Buena Vaca…

No sé en qué momento de mi embarazo tomé la decisión de darles pecho a mis pequeñas. Lo que recuerdo perfectamente son las dudas que me asaltaban con el tema. Cuando vas a tener un solo bebé, lo lógico es que lo intentes con la teta, pero en el caso de dos, casi todo el mundo da por hecho que el biberón va a ser una parte fundamental en tu vida. Yo me negaba a ello y cuando me decían “¿Qué?... ¿Les darás biberón, no?” Recuerdo que decía muy bajito “Bueno, mmmm, quiero intentar darles teta”. Muchas personas me miraban extrañadas, yo creo que pensaban: “Pobre incrédula…no sabe ni lo que dice, no va a tener leche suficiente”,
si a ello le añadimos mi intención de que fuera un parto vaginal y de intentar llegar, por lo menos, a la semana 37 de gestación, ya me miraban en plan… “hay que internarla”. Pero yo estaba tan convencida de todo ello que así sucedió, ¡claro que  sucedió! También he de decir, que la gente más cercana a mí, mi gente, no ha dudado en ningún momento de mi capacidad (o por lo menos no me lo han hecho saber, jejeje).

La idea de que la lactancia exclusiva con dos bebés es prácticamente imposible está súuuuper extendida, y yo, con mi experiencia, doy fe de que esto no es así. Se puede dar teta en exclusiva a tus dos bebés sin demasiada dificultad extra.

Es cierto que es duro, por supuesto, pero cuando tienes sólo un bebé también lo es, y mucho. A mí me ha salido todo bien, no he tenido ningún tipo de problema. A veces pienso que esto ha sido una cuestión de suerte, pero otras, pienso que no sólo ha sido suerte. Durante mi embarazo leí y me informé muchísimo sobre el tema, esto me hizo saber que era posible darles teta y también me hizo creer en mí, en mi capacidad. A día de hoy, creo que esa ha sido la clave: yo me empoderé, y en esta sociedad pro-biberón, este empoderamiento es necesario.   

Cuando la gente me pregunta cómo se hace para dar teta a dos niñas a la vez, la pregunta que yo me hago es ¿Cómo se hace de otra forma? Después de 11 meses dando pecho a mis txikillas, y todos los que espero me quedan por delante, no me imagino cómo se pueden organizar las personas que tienen dos bebés haciéndolo de otra forma. Si no les das pecho, ¿qué se hace con dos bebés cuando lloran o cuando no pueden dormir, o cuando se ponen a berrear simultáneamente como si les fuera la vida en ello?

Nuestro caso, creo firmemente, ha sido un trabajo en equipo muy bien sincronizado. Mi parte ha sido la de aportar paciencia, tranquilidad, y toda la sabiduría sobre el tema adquirida durante el embarazo. La parte de mi pareja ha sido ocuparse de toooooodo (cuando digo todo es todo) lo que no eran los bebés y mucha parte de los bebés también, por supuesto; confiar plenamente en mí y tener kilos y kilos de paciencia. La parte de mis niñas, mis pequeñas niñas, la de agarrarse desde el primer momento a sus respectivas tetitas como si no hubiera un mañana. Mi pequeña H. siempre con la alegría de engancharse a su tetita querida y ñam, ñam, ñam, ñam, comer y comer pase lo que pase y pese a quien pese. Y la terremotito de E. con su estilo salvaje, alegre y juguetón. Y la parte de nuestras gentes más cercanas (mi madre, hermana, amigas/os y demás familia) ha sido la de confiar en mi capacidad, no poner en duda ni por un segundo que lo podía hacer y apoyarme en cada decisión tomada por muy descabellada que pudiera parecerles.

Hemos pasado de todo en la teta, hemos cantado, reído, llorado, discutido, hecho las paces, comido, cenado, re-cenado, leído, escrito, cosido… no es fácil, son horas, horas y horas y hace falta echarle ganas. Cuando me hablaban de las crisis de la lactancia yo decía “¡Eso no existe, yo vivo en una continua crisis!” Pero con la alegría que te da el ver a tus niñas crecer sanas, alegres y felices puedes con eso y mucho más.

Recuerdo a mi vecina que siempre me decía: “eres buena vaca tú, eh?” (y es verdad que, en muchas ocasiones, te sientes una vaca y de las gordas!). Y mis terneritas…qué decir de mis terneritas….las más colaboradoras del mundo, haciendo las delicias de su madre.