domingo, 5 de junio de 2016

Instinto mamífero: del nido a la manada

Nunca había sentido tanto mi condición de mamífera  como en este camino de maternidad que estoy viviendo. Ya durante mi embarazo tuve la posibilidad de dedicar tiempo y espacio a ese camino, conectando con cada sensación y necesidad que surgía.
Desde lo más profundo creció la necesidad de hacer hogar, de estar más en el entorno donde vivimos, en definitiva de arraigarnos.  El famoso instinto nido estaba floreciendo en mi?? Con lo parrandera que he sido; a mí que me encantaba estar un fin de aquí, otro allá!? No es que me enclaustrara en casa porque no sería yo pero algo había cambiado: sentía una inusual atracción por permanecer en casa, por encontrarme, por encontrarnos y preparar el nido familiar. No era una preparación material, ya que hemos sido bastante mínimalistas, era hacer familia, ESTANDO  en nuestra casa, mientras nuestro hijo crecía dentro de mí.
Tras dar a luz y estar en mi nube personal, aún sin bajar a tierra después de vivir en mi cuerpo el nacimiento, comenzaba a gestarse un nuevo instinto: buscar manada. Como el nido, surgía de la parte más mamífera de mi. Había leído la importancia del grupo, de no quedarse en casa pero esto era más racional de lo que yo sentía. Necesitaba compartir con otras recién nacidas madres (soy madre!!, no podía dejar de decirme) un lugar, un espacio de encuentro . Y la vida me facilitaba satisfacer este deseo con el grupo semanal de cuidados postparto que habia en el centro de atención a la mujer de Buztintxuri. Por esto, desde que mi hijo tenía tres semanas acudimos puntualmente a esa cita.
Había algo dentro de mi que me empujaba con fuerza a ir aunque la noche hubiera sido complicada o lloviera a mares. Tras la atmósfera creada por los binomios mama-bebe y el acompañamiento de las matronas, salía con energías renovadas para vivir la aventura diaria de ser recien estrenada madre. Se había creado una red en la que escuchar y ser escuchada, sostener y ser sostenida donde cada cual tenía su lugar: la que iba un día puntual o la que iba de forma regular . Y así,  surgió cordones invisibles... Y continúa en mi esa necesidad mamifera de hacer tribu...

8 comentarios:

  1. Me siento tan identificada con estas palabras... qué bonito compartirlo. Y qué fuerte es ese instinto...

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  2. Que palabras tan ciertas! Imposible describirlo mejor! Me alegra que ese instinto haya conseguido algo tan bonito como lo que se ha creado en cordones invisibles!

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  3. Comparto al 100% esa necesidad de tribu, gracias por ponerle palabras!

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  4. gracias a vosotras cada día aprendo algo que me hace entender a ese milagro que tengo en mis brazos!!! Gracias mi tribu!!!!

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  5. La tribu urbana: fascinante combinación de instintos ancestrales y vínculos 2.0
    Un abrazo muy grande a tod@s que formáis parte de esto.

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  6. Me encanta poder formar parte de esta tribu

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  7. En mi opinión la gestación subrogada es un método muy eficaz , ya que da el resultado positivo para aquellos que no pueden tener hijos . Y eso puede parecer un milagro , como fui en nuestro caso en Ucrania. Nuestra haji nació con ayuda de gestación subrogada en el centro de Feskov. De verdad, ellos han cambiado nuestra vida para siempre ...y nos dio una oportunidad tremenda de ser padres !

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