lunes, 4 de abril de 2016

Cuando el querer no es poder...

Cuando me enteré de que había un chiquitico creciendo dentro de mi me entraron muchas dudas de si yo podría hacer lo que hacen esas súper mamis tan valientes: cuidar a sus bebes, dar pecho, mal dormir y poder sonreír a pesar de todo... Yo nunca había sentido el instinto de maternidad ese del que se oye hablar pero sí tenía claro que quería ser mamá junto con mi pareja.
Lo de ser mamá conllevaba dar el pecho a mi peque. Sabía que era bueno y tenía y quería hacerlo. Pero también, como a casi todas la mamis novatas, me daba miedo. ¿Y si me salían grietas? ¿y si me hacía daño? ¿y si me tiraba muy fuerte?


Mi amor nació. Yo esperaba el momento del agarre pero no llegaba. Obvia decir que lo intenté muchísimas veces, con ilusión y ganas. Me explicaron que igual "esto", que igual " lo otro"... pero mi niño no comía... Y tomé la decisión de empezar con el sacaleches.

Nos dieron el alta y nos fuimos a casa en FAMILIA (cómo suena eso, eh?). Mi bebé estaba quietito, dormidito, blanquito y... ¡Horror! ¡Estaba helado y tenía los pies y las manos medio amoratados! Algo no iba bien... Yo sabía lo que pasaba. No tenía energía. En sus tres días de vida sólo había tomado 10 mililitros de calostro que había conseguido sacarme con el sacaleches y 30 mililitros de leche artificial que me dieron en el hospital. No lloraba porque no tenía ni fuerzas para hacerlo. Él seguía sin poder abrir la boca para poder mamar y yo, desesperada, me agencíé un sacaleches y le fuí dando como pude.


Las primeras semanas fueron un no parar. Restringí las visitas de amigos y familiares a cero. A cambio, nosotros eramos los que hacíamos las visitas a la enfermera y al pediatra para controlar que no perdiese demasiado peso, a la matrona del CAM (gracias Mari Carmen), a osteópatas, al grupo de apoyo a la lactancia del CAM... Un no parar. Fueron pasando los días y las semanas. La verdad es que recibí muchísima ayuda, probé diferentes posturas, piel con piel, ofrecerle teta a todas horas, le daba de comer con jeringuilla, probé con cuchara, con la tetina de calma de Medela... Era muy frustrante verlo con hambre, intentando comer, rozando sus labios con el pezón sin conseguir cogerme y ver cómo le resbalaba por la cara la leche que me caía. ¡Pobre!

Llegó un punto en que asumí que no avanzabamos con el agarre
y decidí no tirar la toalla. Yo tenía mucha leche y si el no la cogía, yo me la sacaría y se la daría. Me sacaba leche unas cinco o seis veces al día y podía pasarme unas seis o siete horas al día en total con el sacaleches, esa maquina infernal. Lo peor para mí fue tener a mi chiquitico al lado y, en vez de estar con él que era lo que me apetecía,  tener que estar con la máquina enchufada.

Había pasado un mes y pico y una noche me desperté tiritando y dolor de todo. Algo me pasaba. Fui a coger a mi bebé y mis brazos no podían... Tenía 39'8 de fiebre. En urgencias me confirmaron que tenía una mastitis bastante fuerte. Pasé tres días malísimos, con dolor, fiebre y enganchada a la máquina infernal  y sin poder coger a mi hijo por el dolor. Ahí fue cuando pisé fondo. Tenía la sensación de estar criando un sacaleches en vez de mi bebé.

Al cabo de una semana y pico yo ya estaba recuperada fisicamente aunque veía que mi leche ya no era tan abundante. Teníamos visita con el cirujano para ver si se podía hacer algo. La respuesta fue un no rotundo. Me dijo, entre otras cosas, que me estaba torturando a mi misma con el sacaleches porque los biberones eran estupendos. ¡Puffff! Un jarro de agua fría.

Recuerdo el primer bibe de polvo que le tuve que dar porque se había acabado la leche que tenía almacenada. Fue duro. Recordaba lo que decían esos super-pediatras de los libros sobre lo maravillosa que es la lactancia y todas sus ventajas, y lo horrible y mala, malísima que es la leche artificial. Venía a mi cabeza la imagen de biberones llenos de azúcar y bebés cebados como ocas para hacer paté. Sentí que estaba envenenando a mi propio hijo...

También recuerdo el último biberón de mi leche. Era mi cumpleaños y tenía 60ml de leche almacenados de los dos últimos días. No había más y ya no salía más. Le dije a mi bebé "vamos a celebrar el cumple de la ama" y le di el bibe con la última leche como si fuese un regalo. (Ahora mismo estoy llorando al escribir recordándolo.) Su cara no cambió. Fue un biberón como cualquier otro para él. Para mi no.

Una mami del grupo de lactancia y compañera de Cordones Invisibles me dijo un día que "un biberón dado con amor" alimenta igual que la teta y es tan bueno o mejor que la teta. Y es verdad. Yo sé que a mi hijo con cada biberón, además de alimento, le doy amor, cariño, contacto, besos, comprensión, seguridad... Le doy todo.

Ahora ya han pasado más de dos meses y veo a mi hijo feliz y sano y es lo que me sirve. Si él está bien, yo también. Pero la verdad es que he tenido todo tipo de sentimientos encontrados: ¿Habré hecho todo lo necesario? Creo que sí y nadie me podrá decir lo contrario. ¿Me equivoqué en algo? Puede ser... ¿Me obsesioné con la lactancia materna? Puede ser... ¿He perdido tiempo de estar con mi hijo por intentar hacer lactancia materna? Tristemente también puede ser... Esto es lo único que me hace sentir mal. Me he culpado mucho a mi misma por todo.

Ahora estoy en el punto en el que me ha empezado a resbalar todo lo que la gente ha opinado. Personas cercanas que me veían sufrir y, aunque con buenas intenciones, me animaban a tirar la toalla. Gente que me decía que era demasiado todo lo que estaba haciendo. Incluso una supermami que un día al verme darle un bibe me dijo "¿le das biberón?" con cara de asco. Todo eso ya pasó y ahora tengo conmigo un niño sonriente que a su papi y a mi nos hace muy felices solo con mirarnos.

5 comentarios:

  1. Eres una SÚPERMAMI!!!!no hay duda de eso!!!!!

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  2. A "U" se le ve genial. Zorionak por todo el duro esfuerzo, nada es en balde en esta vida. Ya vale de culparnos por todo, no existe la madre perfecta, ni la mujer perfecta..

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  3. Pues a mi me parece que eres una súper mamá. Lo que nuestros hijos necesitan es amor y cariño, el resto es accesorio...Basta ya de juzgarnos tanto y vamos a escucharnos y apoyarnos más. Un abrazo

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  4. Ya sabes , lo mejor para "U" no es la teta, lo mejor no es el bibe, lo mejor eres TÚ, tus abrazos , tu cariño, tu amor..Nos exigimos el 200% .. Lo has hecho y estás haciendo fenomenal. Solo hay que verle la carita de felicidad que tiene el peque

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  5. Los pelos de punta al leerte. Todavía hay días que pienso si debería haber insistido un poco mas, si no tire la toalla demasiado pronto. Hay días que sueño que le doy teta a la pequeña koala, no te digo mas.....

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