Primero leche, ¿pero después? - sobre la aventura de la alimentación complementaria

A veces en la vida tienes la suerte de encontrarte con personas que cambian por completo tu forma de ver las cosas y te abren todo un mundo nuevo de ideas y posibilidades. En el caso de la alimentación complementaria fue una amiga que hace tiempo me contó sus experiencias con una alimentación sin papillas, comida en trozos y las interminables justificaciones que conlleva elegir un camino no tan común - o por lo menos no hasta ahora. (Gracias Maite!!!) 

Illuminated JetBib Feeding System de Think Geek

Yo entonces estaba embarazada, pero sólo pensar en tener que cocinar las papillas (me encanta cocinar, sin embargo no me gusta nada la consistencia de las cremas y purés) y luego hacer el avión para que se las comiera... para que os voy a mentir: no me motivaba nada. En cambio, ella me comentaba que su niña comía de todo, disfrutaba muchísimo experimentando con las diferentes texturas y que con ese método todo era mucho más fácil y relajado, incluso las comidas fuera de casa. El concepto me pareció muy interesante y quería saber más. 

Empecé con el libro "El niño ya come solo" de Gill Rapley y Tracy Murkett, que explica muy bien en qué consiste el método del "Baby Led Weaning" (BLW) o por qué no es peligroso darle trozos si tienes en cuenta unas pocas reglas básicas. También propone algunos ejemplos para las diferentes comidas del día. Lo que más me ha gustado del método es que se respetan las preferencias del bebé en cada momento. Es el bebé que decide cuándo y cuánto quiere comer y puede elegir entre varios alimentos que se le ofrecen.


Después de haber leído ese libro tenía muy claro que iba a probar el BLW, porque me parecía la forma más natural y más respetuosa para alimentar mi chiquitín. Pero me apetecía buscar más fuentes de información relacionadas con el tema.

En una maratón en YouTube de conferencias de Carlos González vi, entre otras cosas muy interesantes, "La alimentación de tu bebé. Consejos y recomendaciones". Comienza la charla explicando por qué la leche materna sigue alimentando al bebé igual de bien pasado los seis meses de edad. A continuación describe el escenario ideal para que un bebé pueda desarrollar buenos hábitos de comida: crear un ambiente agradable, fomentando la autonomía ofreciendo comida variada, dejándole elegir qué quiere comer y en que cantidad. González recalca que la hora de comer además es un momento importante para aprender. Por eso, es mejor que el adulto no intente dirigirlo.
También resuelve dudas respecto a los frutos secos, las cantidades necesarias que necesita comer un bebé y explica por qué puede llegar a rechazar alimentos pobres en calorías como la fruta o la verdura. Recomienda moderar consumo de sal y azúcar no sólo en la dieta del bebé sino en la dieta de toda la familia para así dar un buen ejemplo de una dieta sana en vez de prohibir.

Los consejos de Carlos González ya me habían resuelto muchas dudas pero esa temporada casualmente coincidía con una charla del nutricionista Julio Basulto en Pamplona y no dudé en apuntarme. Igual que González, él da mucha importancia al buen ejemplo que tenemos que dar los padres siguiendo un estilo de vida saludable y al hecho que nunca hay que obligar ni chantajear al bebé para que coma. Insiste en la influencia negativa de la publicidad sobre los hábitos de comida e intenta concienciar sobre los productos malsanos.
A mí sobre todo se me quedó grabado que hay cosas mucho más importantes y que merecen toda nuestra atención, cómo pueden ser los peligros del hogar. Comer o no comer alubia verde definitivamente no debería estar entre ellas y  deberíamos confiar más en nuestros pequeñines porque son los únicos que saben lo que necesitan comer. En YouTube encontráis una conferencia sobre "Alimentación saludable en niños" muy parecida a la que dio Julio Basulto en Pamplona.


También me leí su libro "Se me hace bola", en el que explica más detalladamente cómo influye la alimentación en nuestro bienestar y qué alimentos es mejor evitar desde el punto de vista de un dietista. Para eso distingue tres etapas de desarrollo: hasta los 6 meses, de 6 meses a 2 años y de 2 años hasta la adolescencia. La información me pareció muy interesante aunque realmente empecé a sentirme bastante culpable por ciertos hábitos ... (¿Por qué tiene que ser tan adictivo el chocolate?)
Para darle la vuelta a la tortilla, empecé a investigar sobre una alimentación más sana y a experimentar con nuevos ingredientes. Los resultados os voy a presentar en ese blog más adelante.




Para los que no encuentran el tiempo de leerse un libro entero, el pediatra Jorge García-Dihinx ha resumido los puntos clave de González y Basulto junto con consejos generales de pediatría en su post
Recomendaciones de alimentación infantil durante los 2 primeros años de vida.

Con toda esa información ya sabía suficiente sobre la teoría y llegó el momento de ponerlo en práctica. Tengo que reconocer que el pitufo es un bebé extraordinario, con muchísima curiosidad por la comida y un gran apetito. En los cuatro meses que llevo ofreciéndole sabores y texturas diferentes ha probado todo. Pero lo que más me alegra es que la hora de la comida sea uno de los mejores momentos del día, lleno de risas y diversión, sobre todo cuando nos juntamos los tres y nos quedamos su papá y yo admirando los descubrimientos de nuestro chiquitín. Eso si, de momento no guardamos ni la escoba ni la fregona muy lejos, aunque me lo había imaginado mucho peor. Es sorprendente en qué poco tiempo los peques son capaces de mejorar su coordinación (si los dejamos). Ahora, después de sólo unos pocos meses, ya casi nada acaba en el suelo.

Resumiendo: el mundo del Baby Led Weaning para nosotros está siendo una gran aventura que sin duda merece la pena. Y quién puede decir que con ni siquiera nueve meses ha comido ya en restaurantes indios o libaneses ;0)
Así que animaos a probarlo y contadme qué tal os ha ido.